Desde hace tres semanas, mi recorrido del viernes Zaragoza Laguarta se corta abruptamente al llegar al punto kilométrico Nº 11 de la C-1034, conocida como “Carretera de La Guarguera”. Como consecuencia de las fuertes heladas de este invierno, una gran mole de piedra cayo a la estrecha calzada ocupando la totalidad de la misma.
Durante estas tres semanas, lejos de retirar la enorme roca, los responsables de su mantenimiento se han limitado a realizar señalizaciones de “peligro por obras” y de adornarla con una bonita cinta roja a modo de lazo. Obligando a los que por ella transitan a salirse literalmente de la carretera y aprovechar un rescoldo de terreno cuya maleza se ha convertido en asfalto improvisado de un escalonado carril cuya anchura escasamente posibilita el paso de un vehículo.
Si a ello le unimos que nuestro pueblo, Laguarta, aquella que fuera la Capital del Guarga hoy, en pleno siglo XXI, sigue sin luz, y que nuestra pequeña central, que gracias a un salto de agua y una dinamo produce una luz insuficiente (el pasado sábado escasamente llegó alumbrar 4 bombillas de esas de 125, y solamente de 19.15 a 23 horas) pueden imaginarse, por tanto, que volver a tu pueblo, a tus raíces y a tu tierra cada viernes es digno epílogo de extraordinarias aventuras y dificultades. Inimaginable resulta ya, lo de aquellos que allí permanecen los 365 días del año.
Anhelo ya con ansia este próximo viernes para ver que sorpresas me repara mi viaje al Serrablo; mi vuelta a casa; ese viaje por la angosta carretera a orillas del Guarga, con abruptos paisajes de vegetación y roca, camiones que expolian mi río acumulando grava y destrozando el maltrecho firme bacheado una y mil veces y, mi casa. Esas piedras llenas de recuerdos, firmes durante siglos, donde imaginar la vida de nuestros mayores, en los tiempos de Internet se vuelve fácil cuando no existe la luz eléctrica, se lava a mano y útiles como la nevera están inoperantes.
Tres ruegos: a quien corresponda el mantenimiento de nuestra carretera: recordarles que además de Corzos y Jabalíes también la transitan personas. De quien dependa la Luz: que dejen de tratarnos como ciudadanos de tercera, de dar excusas baratas y nos la traigan ya. Y el tercero, como reza la canción que San Felix y San Voto nos cuiden lo viejo, osease, nos procuren agua para nuestro salto y cuiden nuestra vieja central, porque hoy por hoy eso viejo, insuficiente y roto es lo único que tenemos. De seguir así: Las noches en Laguarta se van a tornar mas largas y oscuras. Si es que esto es posible.
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