El mes de la Fiesta de Laguarta, en un año anómalo como el 2020 nos ha dejado con sequía y daños en acequia de riego, escasez en la toma del agua de boca, y algunas imágenes insólitas.
El 5 de octubre amanecimos con el retorno de los ganados a través de nuestra Cabañera. Volvían desde los pastos de Formigal hasta su hogar, en las cercanías de Monzón. Un rebaño enorme, de varios cientos de cabezas de ovino, junto a sus perros pastores y los propios ganaderos, que controlaron en todo momento al ganado.
Apenas habían transcurrido 3 días, cuando el 8 de Octubre la carretera tenía un aspecto muy diferente. Aquellas ovejas que veíamos, se habían tornado en una excursión / caravana de Boogies. Nos hacían tener la sensación de estar inmersos en un parque de aventuras para diversión de otros, sin control alguno sobre lo que sucedía.
Con todo ello, llegaba nuestra "gran fiesta", este año llamada No Fiesta, en honor a nuestra patrona que es la Virgen del Pilar. A diferencia de antaño, no hubo ronda, ni misa, ni comida de celebración. Eso si, el otoño, en compensación, nos regaló unas imágenes para el recuerdo con nuestros montes rojizos.
Con la No Resaca de la fiesta, las ovejas y vacas aprovecharon para campar a sus anchas por el término municipal y, sobre todo, por la terraza del albergue. Fue el preludio de una situación que se ha venido repitiendo a lo largo de los últimos meses del año.
Tras quince días de relativa calma, entre trabajos de campo y limpiezas varias, tocaba salir corriendo a la toma de agua. Debido a un año anómalo, y especialmente seco en pluviometría, nos veíamos ante una escasez de agua de boca no propia de la época en la que estábamos. La toma de agua estaba seca y tras una ardua limpieza de la misma, por parte de Ana Ruiz, se volvía a conseguir tener algo de agua para el abastecimiento de las casas. No quedaba otra que aguantar con esa situación, a la espera de que el tiempo cambiara y el cielo nos regalase la tan preciada lluvia que necesitábamos. Como curiosidad, el agua que se necesitaba captar, discurría 8 metros por encima de la toma y salía 50 metros por debajo de la misma. Se puso una solución provisional a base de diferentes mangueras para poder transcurrir con normalidad en el día a día.
Texto: Naroa Iturain y Pedro Marín
Imágenes: Mario Nebot y Pedro Marín
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